Empecemos desde el principio (si es así como podría llamarse), aunque la ciencia actual está empezando a hablar de los electrones y de otras partículas atómicas como "remolinos de energía" en lugar de como estructuras sólidas, ya en 1878, Edwin Babbitt había mostrado el vórtice de energía giratoria que constituye el átomo último (o el primero) el ANU, como se le llama en teosofía. Posteriormente, C.W. Leadbeater y Annie Besant fueron capaces de confirmar que la descripción y el dibujo eran casi exactos. Más adelante, Geoffrey Hodson, el clarividente teósofo, pudo confirmar que el anu correspondía al electrón.
Los anu aparecen y desaparecen emergiendo a borbotones desde el plano astral (o dimensiones múltiples como dice la nueva teoría de las dimensiones) y desapareciendo del plano físico para pasar nuevamente al astral.
Se trata de un corazón vivo, que vibra de energía; con sus husos más gruesos y los siete más delgados, es también un transformador, estando compuesto cada huso de siete órdenes de espirilos. Las espirales y los espirilos constituyen la base de su estructura, y el anu está concebido para realizar un determinado trabajo. En los tres husos gruesos circulan corrientes diferentes de electricidades, mientras que los otros siete vibran como respuesta a ondas etéreas de todo tipo; a los sonidos, la luz, el calor, etc.; muestran los siete colores del espectro; nos dan los siete sonidos de la escala natural; responden de distintas maneras a la vibración física: se trata de cuerpos destellantes, vibrantes y sonoros que se mueven incesantemente, increíblemente hermosos y deslumbrantes.
En cada anu se guarda toda la información de nuestras vidas es el akasha personal de cada ser, dirigiéndo nuestra atención al interior de nuestro cuerpo lo encontramos y en los demás cuerpos sutiles también, recordemos que como es arriba es abajo.
El anu tiene forma de corazón, y su número radica en la perfección (7) en 3 husos, (7*3=21) esta es la fórmula mágica para toda vibración y avance de ella.
El propósito es mostrar lo que a lo largo de estudios se ha logrado en la comprensión de estos temas de verdad "oculta", que ahora sale a la luz…Al adentrarnos en el anu (através de cualquiera de nuestros cuerpos) uno accede a información de vidas pasadas como si de una película se tratase, es un organismo de información viviente, eterno, perfecto y nuestro.