MOMIFICACIONES
Ellos creían que el cuerpo físico debía estar conservado, para permitirle un lugar para su espíritu vivo; en la vida después de la muerte, viajando al “Más allá”. Debido a esto llevaron a cabo las momificaciones, para conservar el cuerpo. Pero solo los egipcios más ricos, además del faraón y su familia, podían encargar su momificación, ya que era un proceso muy costoso, además de largo: la momificación tardaba 70 días en ser finalizada. Consistía en extraer las vísceras (excepto el corazón, por contener los sentimientos), estas las colocaban en jarras cerradas herméticamente.
Vaso canopo o canope, es el recipiente, empleado en el Antiguo Egipto, donde se depositaban las vísceras de los difuntos, lavadas y embalsamadas, para mantener a salvo la imagen unitaria del cuerpo.
Había cuatro tipos de vasos canopos, que representaban a unas divinidades llamadas Hijos de Horus, quienes protegían su contenido de la destrucción. Las divinidades representadas eran:
Vaso canopo o canope, es el recipiente, empleado en el Antiguo Egipto, donde se depositaban las vísceras de los difuntos, lavadas y embalsamadas, para mantener a salvo la imagen unitaria del cuerpo.
Había cuatro tipos de vasos canopos, que representaban a unas divinidades llamadas Hijos de Horus, quienes protegían su contenido de la destrucción. Las divinidades representadas eran:
- Amset: vasija con tapa en forma de cabeza humana, donde se guardaba el hígado.
- Hapy: vasija con tapa en forma de cabeza de papión (mono africano), donde se depositaban los pulmones.
- Kebehsenuf: vasija con tapa en forma de cabeza de halcón, que contenían los intestinos.
- Duamutef: vasija con tapa en forma de cabeza de chacal, con el estomago del difunto.
Cada vaso estaba protegido por una diosa titular: Isis, Neftis, Selkis y Neit, y debían estar orientados ritualmente, hacia los cuatro puntos cardinales: el hígado al Sur, los pulmones al Norte, los intestinos al Oeste y el estomago al Este. Luego se cubría el cuerpo con natrón, un polvo blanco semejante a la sal, que permitía su secado. Lo untaban con aceites perfumados, cubriéndolo luego con resina líquida. Así lo dejaban durante 40 días. Posteriormente se envolvía con bandas de lino, de manera apretada; pudiéndose utilizar hasta 375mts. de lino por momia. La momia era colocada en un sarcófago de madera, con la forma de la momia que contenía y sobre el cuál se pintaba un retrato de la persona muerta. Permitía que el difunto estuviera protegida del mundo exterior, pero siguiera en contacto con él, a traves de los ojos o de los oídos dibujados en el exterior de la caja. Las mejores momificaciones eran las de los nobles y reyes.