Arriba y al sur del firmamento, podemos distinguir en las noches sin Luna a los brazos más brillantes de la Vía Láctea, nuestra propia Galaxia vista desde la Tierra. Un gran espectáculo que se extiende desde el sureste del cielo hasta el noroeste, cruzándose sobre nosotros. El Brazo de Carina-Sagitario que se dobla entre las constelaciones de Carina por el sur y Scutum, al norte de Sagitario, se sobrepone al Brazo del Centauro que nos oculta el núcleo de nuestra Galaxia, que se encuentra en la dirección donde se unen las constelaciones de Escorpión y Sagitario.
Escorpiónes una de las pocas constelaciones fáciles de identificar; parece un enorme signo de interrogación dibujado en el cielo por las estrellas, donde el punto lo pone la brillante Antares, un lucero rojizo. La cabeza, formada por una fila de tres estrellas brillantes, viene a quedar al norte de Antares y las pinzas pasaron a formar la constelación de Libra en los tiempos (45 aC) cuando Julio Cesar estableció el calendario de 12 meses. Sagitario por su parte está al oriente de Escorpión. Tras las estrellas de ambas constelaciones, todas las cuales quedan en nuestra vecindad, encontramos hermosas nebulosas y cúmulos estelares pertenecientes al Brazo de Carina-Sagitario de nuestra Vía Láctea.
Entre Escorpión y Sagitario, y alargándose hacia el norte encontramos a Ofiucola decimotercera constelación del Zodíaco, no considerada por los astrólogos, hunde sus piernas en la Eclíptica, la zona del cielo por donde circulan los planetas.
Hacia el norte la estrella más brillante que veremos es Arcturo, de color naranja.
John Wagoner, de la Revista Sky & Telescope, nos cuenta que la estrella Delta Escorpio, que es la del medio de las que forman la cabeza del Escorpión, pasa por un momento de un brillo excepcional. Y actualmente se ve más brillante que su compañera Beta Escorpio. Es una estrella muy caliente tipo B0 ubicada a 550 años luz, y binaria variable. Actualmente tiene magnitud 1,8 acercándose en brillo a Antares, o Alfa Escorpio. Podría incluso aumentar su brillo y sobrepasarla.
En la mitología la estrella Antares, ubicada cerca de la Eclíptica, la línea por donde vemos moverse los planetas y que se parece un poco a Marte , era considerado su rival, y por eso se le llamó Anti-Ares, o Antares.