Seidh es un antiguo camino, un antiguo camino de los páramos azotados por el viento, un MUY profundo camino. Una forma de cantar con las voces de los antepasados y una forma de desentrañar la Tierra. Una manera de coger fuerzas y cada uno tejer la tela de araña. Desentrañar y aprender a tejer la trama de la vida por nosotros mismos. Sentir Seidh, es sentir el calor dentro de nosotros de nuestra carne.
En otras palabras, el yo, el verdadero yo de liberarse de este lugar de tocar y sentir, a abandonar el mundo material y entrar en el "no-espacio", el lugar invisible. Seidh, la práctica es entrar en el bosque para tocar la corteza del el árbol, la tierra, el olor de sus frutos para llamar a los otros seres de las profundidades insondables y quedar atrapado en las ramas y hojas, jabalíes, osos, lobos, caballos, ciervos.
Pies para plantarlos en el suelo, inhalando su almizcle perfumado, para seguir el camino trillado, para sentir el sol, ya que se rompe a través del cielo y da la bienvenida a la calidez de las piedras…a correr con los renos y ver a los árboles para ver la edad-paso a-paso…
Ponte al lado del viejo árbol y el círculo te dejará ver al gran árbol, el viejo árbol, el árbol del mundo, luchando por respirar. Seidh es esta práctica, con los tambores y las hadas danzando bailes a Madre Tierra en el borde de los mundos. Desde aquí viajamos bien entrada la noche en secreto. A partir de aquí montamos la canción de los renos en lo alto de las ramas y hojas, o en el fondo en las raíces y la tierra. Este es el camino de Seidh.